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Imagen de portada del libro

208 Páginas

275 g de peso

Formato de 13 x 21 cm

Año de edición: 2011

Colección: гapaРоссия viceVersa — Gara Rusia

ISBN: 978-84-8094-502-8

ЖУРЧАНИЕ ВОДЫ

Autor: José Giménez Corbatón (Хoce Хименес Корбатон)

traducido por Aleksey Yéschenko (Алексей Ещенко)

PVP:9,00 EUR

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Sinopsis

С формальной точки зрения Журчание воды представляет собой сборник рассказов, однако не всякий роман может предъявить читателю тот градус единства, который отличает эту книгу. Семь рассказов предстают перед читателем как семь вариаций на одну и ту же тему: тему заката хуторского хозяйства и связанного с ним ухода в небытие особого уклада жизни. Трагические последствия этого перелома показаны на примере судеб различных людей, которые вынуждены покидать свои дома и бросать землю, политую их потом и кровью, и этот исход оборачивается для них потерей исторических, культурных и нравственных ориентиров.

Тексты Хосе Хименеса Корбатона буквально пронизаны аллюзиями, отсылающими читателя к творчеству большой группы авторов, однако высокая плотность интертекстуальных связей не ограничивается рамками литературы: в поэтике Корбатона не последнюю роль играют как музыкальная, так и живописная составляющие. Не случайно, что журчание воды, перерастающее в гул и грохот стремительно бегущих горных потоков, – словно голос земли, взывающей к человеку, который ее покидает, – обретает силу метафоры, вокруг которой выстраивается вся совокупность изобразительных средств, обладающих высоким духовным накалом.


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  • 11-05-2012 BIBLIOTECA CENTRAL MÁXIMO GORKI DE PIATIGORSK (FEDERACIÓN RUSA)


    Yo leo los libros que me atrapan

     
    Yo leo únicamente aquellos libros que me atrapan, que me trasponen al remolino de sus historias, de sus ideas, de sus sinceraciones y me alborotan el alma. Si no caigo en este lazo, no me hago cómplice del escritor. José Giménez Corbatón ha sabido tenderme la trampa con su Fragor del agua. Este libro me ha cautivado con la asombrosa belleza de su lenguaje, y, hablando del lenguaje, me veo obligada a situar junto con José Giménez Corbatón a Aleksey Yéschenko, su traductor, porque me he quedado conmovida y emocionada por su maestría y un perfecto dominio de la profesión: reconozco que no esperaba encontrar, en un libro traducido, un lenguaje tan rico y tan elaborado que parece reflejar, con las palabras rusas, la magia de las palabras españolas. Que conste: jamás me he quedado conforme o indiferente ante el primitivismo idiomático de muchos autores contemporáneos.
    Vaya una muestra de esa manera de escribir de José Giménez Corbatón que me ha impresionado en su versión rusa: “Veo mi cuerpo sesentón y me acuerdo de lo que mi padre decía de las mujeres: somos alegres como los ríos. Nacemos alegres, caprichosas y ondulantes, pero con el discurrir del tiempo y del espacio perdemos en altura lo que ganamos en caudal y en anchura. Y añadía: «pero para entonces las aguas corren calmas y profundas, y es cuando no hay peligro en que el hombre eche su barca y se deje llevar y mecer. ¿Qué haríamos nosotros si ellas no estuvieran a nuestro lado?»”
    ¿Acaso no es un milagro disfrutar de la lectura de estas estremecedoras líneas? A mí, como a toda mujer, me gusta que me hablen de mí misma, y ¿quién puede hacerlo mejor que un hombre dotado de talento de escritor? No importa que este hombre-escritor viva en la lejana España, en ese Aragón que él tanto quiere porque sus personajes, esas gentes que habitan en las páginas de sus relatos, me son muy cercanos, yo les entiendo, ellos me caen bien como esa vieja que lleva el cadáver de su marido a lomos de una mula del Mas de Umbría a Castelbejal para darle una digna sepultura porque, según ella, “los pobres lo último que hemos de perder es la decencia”.
    Tiene razón la vieja de la Umbría: aunque a unos nos toca vivir en Rusia y a otros en España, los valores supremos son los mismos en todas partes. Pero ¡con qué lenguaje nos hablan de estos valores morales José Giménez Corbatón y Aleksey Yéschenko, su traductor, unidos, hermanados por su amor a la alta misión de la palabra hecha arte!
    ¿Acaso hay alguien que puede quedar indiferente ante la belleza y el encanto de la escena de amor del relato “El mas del Río”? He aquí un pequeño fragmento: “No sé cuánto tiempo pasó así: me levanté a cambiar la vela casi consumida y al volver le susurré que ya no le iba a decir nada, que empezara de nuevo, y me besó otra vez todo el cuerpo, y me envolvió el olor que subía del río, el rumor lejano del agua, la brisa entre las hojas de los olmos, el relente de la noche, y todos los aromas conocidos, el del pan recién horneado, el del moho vinario del cuarto de la cuba, el del ciemo caliente de las cuadras, y todos los sonidos familiares, el de las tinajas huecas, el de las ovejas recién nacidas…”
    Transcribo con deleite estas palabras, estremecida por lo que dicen y por lo que sugieren, y veo que este pasaje supera por su belleza el conocido pasaje de El mago, de John Robert Fowles, que yo creía la mejor pintura literaria del amor entre un hombre y una mujer.
    Me encanta ese lenguaje de José Giménez Corbatón y me seduce –me atrapa y me convence– la profundidad de sus ideas, la bondad con que trata a sus personajes, su capacidad de observación que le permite descubrir y describir los más delicados matices de relaciones humanas que otros no han sabido percibir. ¡Qué riqueza de carga material de la palabra que nos permite conocer mejor el lejano Aragón y a sus habitantes! En esto consiste, probablemente, la alta misión de la literatura: romper el círculo vicioso de la soledad para mostrar que, por muy diferentes que nos parezcan otros, todos estamos hechos según el mismo patrón.
    No me queda más que dar las gracias a José Giménez Corbatón por su talento y por los altos vuelos de su espíritu y expresar mi más profundo respeto a Aleksey Yéschenko por el regalo que nos ha hecho descubriendo a un autor que nos hacía falta.
    Victoria Dobrozhánskaya

    Fuente: